Triple oración al arcángel Chamuel

Triple oración al arcángel Chamuel


Primera oración

Soy el amor que doy, soy el amor universal expresándose y fluyendo.  No reclamo nada para mí, solo anhelo que se expanda tu amor.

Bendito y amado arcángel Chamuel, ¿qué haría el amor por mí? El amor me amaría, y en las circunstancias insalvables me acompañaría amorosamente. El amor sana, el amor es medicina.

El amor del cielo está aquí.
Amén, amén, amén.
El amor del cielo no se ha ido nunca.
Amén, amén, amén.
El amor del cielo no se irá nunca.
Amén, amén, amén.

Segunda oración

Soy y amo, eres y amas. El amor nace, no tiene explicación. A los seres humanos les da por construir amores. El amor no se construye, el amor se siente. Dime la forma del amor y te diré cómo se construye. No hay forma de construir el amor, el amor no tiene forma. El amor simplemente sucede en forma ilimitada. El amor sana, el amor es medicina.

El amor del cielo está aquí.
Amén, amén, amén.
El amor del cielo no se ha ido nunca.
Amén, amén, amén.
El amor del cielo no se irá nunca.
Amén, amén, amén.

Tercera oración

Soy y amo, eres y amas. El amor ama sin condiciones, sin excusas. Miras a alguien y lo amas, miras a alguien y sabes que es tu otro yo, que ambos son parte de lo mismo, que ambos son un milagro; el solo hecho de respirar es un milagro, y los milagros no tienen necesidades más que de amar. El amor sana, el amor es medicina.

El amor del cielo está aquí.
Amén, amén, amén.
El amor del cielo no se ha ido nunca.
Amén, amén, amén.
El amor del cielo no se irá nunca.
Amén, amén, amén.

Explicación

El primer párrafo de la primera oración es expresado como si fuera dicho directamente por el arcángel Chamuel, es decir, como si el arcángel Chamuel directamente dijera al paciente: Soy el amor que doy, soy el amor universal expresándose y fluyendo.  No reclamo nada para mí, solo anhelo que se expanda tu amor. Y es que el amor no reclama nada para sí mismo, no pide contrapartida ni retribución, simplemente da sin esperar. El amor no ama para esperar algo de vuelta, simplemente ama, se brinda en forma ilimitada.

El segundo párrafo de la primera oración es expresado como si fuera la contestación del alma al arcángel Chamuel, o como si fuera las palabras que el alma del paciente le dice a él, pero el alma, en su saber interior, misma de se proporciona la respuesta: Bendito y amado arcángel Chamuel, ¿qué haría el amor por mí? El amor me amaría, y en las circunstancias insalvables me acompañaría amorosamente. El amor sana, el amor es medicina. Esto también significa que en los casos en los que aún no es el tiempo de recibir la sanación, el amor del cielo de todas formas va a estar con nosotros, acompañándonos, reconfortándonos en el proceso de aprendizaje por el cual estamos atravesando, toda vez que se expresa que «en las circunstancias insalvables me acompañaría amorosamente«. Y ese «qué haría», o ese «me amaría», y «me acompañaría», no deben entenderse como una posibilidad, sino como una realidad. Es decir: ¿qué hace el amor por mí? El amor me ama, y en las circunstancias insalvables me acompaña amorosamente.

El tercer párrafo de la primera oración, y mismo que se replica en las otras dos oraciones, simplemente es la afirmación positiva de la presencia del arcángel Chamuel, el decreto de sanación y la recordación de que al amor del cielo está en ese momento, que el amor del cielo siempre ha estado con nosotros y que siempre lo estará:

El amor del cielo está aquí.
Amén, amén, amén.
El amor del cielo no se ha ido nunca.
Amén, amén, amén.
El amor del cielo no se irá nunca.
Amén, amén, amén.

La segunda y tercera oración son esencialmente la recopilación de las palabras del arcángel Chamuel, tal y como las recibí de parte de él a través de la canalización por medio de la cual me comunicó el don de sanación. No es que el arcángel Chamuel me hubiera dictado estas palabras como forma de oración, sino que yo las recopilé para recitarlas durante la imposición de manos y, de esa forma, servir también de canal para transmitir su mensaje, además de ambientar ese momento amoroso en el cual el arcángel Chamuel realiza la sanación, por supuesto, en concordancia con los designios del cielo.