Uno viene a la vida a dos cosas: a comprender y a aprender a amar.
Y los dos son escencialmente uno. El amor sin comprensión no es amor, y sólo dejará tragedia. Y la comprensión sin amor no es comprensión, sino intelectualismo, y sólo dejará frustración.
Uno viene a la vida a dos cosas: a comprender y a aprender a amar.
Y esa comprensión y amor son el principio de la dicha y la abundancia porque el universo te devuelve multiplicado.
En cambio la ignorancia y el odio son el principio de la tragedia.
La ignorancia de por sí es una tragedia, pero sí hay odio, lo es aún más porque el odio te hiere a ti mismo y te hace herir a los demás, y el universo te devuelve multiplicado.